COPINH es el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras – una organización indígena dedicada a la lucha por los derechos indígenas en el oeste del país. Honduras todavía tiene varios grupos indígenas, con sus propias comunidades y culturas, relacionados con el maya cuya ciudades impresionantes antiguas son iconos familiares de Mesoamérica. En el área del COPINH el grupo principal es la Lenca, cuyos comunidades campesinas tienen una conexión espiritual con su tierra y el medioambiente.
Estos grupos indígenas se enfrentan a una variedad de amenazas diarias, que están entrelazados con los problemas sociales, económicos y ambientales en toda Honduras hoy. El país es rico en recursos naturales – especialmente minerales, bosques y agua. Como en gran parte del mundo en desarrollo, estos recursos se han convertido en el blanco de la explotación por parte de las élites adineradas del país, y para los negocios internacionales – pequeñas comunidades tienen ni los medios ni el deseo de vender los recursos en sus tierras. Invariablemente, la carrera para explotar estos recursos significa la expropiación de tierra o agua de las comunidades.
En Honduras la “oligarquía” – los terratenientes ricos – emplea la policía, el ejército y mercenarios privados para hacer cumplir sus apropiaciones de tierras de las comunidades campesinas pobres. Especialmente desde el golpe militar de 2009, han actuado con total impunidad, en un contexto de corrupción endémica. A veces, estas expropiaciones representan el robo de tierras de cultivo. Otra veces, son para proyectos a gran escala – especialmente la minería y la construcción de represas hidroeléctricas – que atraen la inversión internacional y el apoyo del Banco Mundial y el FMI. Sin embargo, esta “inversión” no hace nada por la economía de la mayoría de la población, que están completamente separados de las cuentas bancarias de la oligarquía.
COPINH se fundó en 1993, tras la firma de acuerdos de paz en El Salvador llevó a la desmilitarización de la zona, y se abrió un espacio para organizaciones para hacer escuchado su voz. A través del trabajo de COPINH, el pueblo Lenca – desde hace mucho marginados socialmente y economicamente – encontraron una voz para promover sus derechos. Las marchas iniciales del COPINH trajeron masas de la Lenca rural a la ciudad de La Esperanza – base principal del COPINH – en solidaridad con las demandas para el mejoramiento de la protección del medio ambiente, carreteras y sistemas de alcantarillado.
Ahora, COPINH ha crecido hasta abarcar cientos de comunidades, y lucha por sus derechos, tanto en el cabildeo poltico y el desarralo de base, a menudo con el apoyo internacional. En el contexto de la violencia y la represión en Honduras, esto es frequentemente una lucha muy peligrosa, pero sus resultados han sido impresionantes. Tienen programas de derechos de la mujer, para confrontar la violencia machista que frequentemente es llevado a cabo como parte de las luchas políticas. Se han establecido 5 estaciónes de radio indígenas – una forma de comunicación vital entre las comunidades montañosas aisladas con las que trabajan – para ayudar a promover la educación indígena y mantener su movimiento fuerte. Sus primeros éxitos incluyeron ayudar a dos comunidades – San Francisco de Opalaca y San Marcos de Caiquín – para lograr tener sus propios gobiernos autónomos. Estas comunidades tienen sus propios centros de salud y escuelas, y COPINH ha abierto centros de educación profesional en La Esperanza, para entrenar la Lenca de la región más amplia en la enseñanza, la enfermería y el liderazgo de proyectos, y traer habilidades a sus comunidades remotas.
Las dos luchas principias de COPINH y los campesinos indígenas hondureños se dedicadan a la protección ambiental y la tierra, y los dos están intrínsecamente ligados. Como los agricultores de subsistencia, y con una historia de marginación y la falta de apoyo del gobierno, las comunidades indígenas dependen de sus tierras para sobrevivir. Con la creación del municipio autónomo de San Francisco de Opalaca, COPINH presionó con éxito el Instituto Nacional Agrario de Honduras, “INA” para conceder a 22 comunidades títulos de tierras comunales. Ahora la tierra es propiedad colectiva, y la venta privada de la tierra está prohibido si no pase a través de los procesos comunitarios. Estos títulos comunitaros son respetados a bajo del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, sobre Derechos Indígenas, que Honduras firmó en 1994. Las Comunidades con estos títulos tienen un base jurídico más sólido para proteger sus derechos. Desde el primer éxito de COPINH con Opalaca, COPINH ha ayudado a cientos más comunidades obtienen este estatus preciosa, que los protege de la explotación por parte de las empresas ricas, interesados en la compra de sus tierras – su medio de vida – para extraer sus recursos.
La conexión de la Lenca a su tierra se extiende más allá de su base económica, Ella tiene su propia cultura, con una conexión espiritual genuina e importante con sus tierras, sus ríos, la fauna silvestre y sus cultivos. Especialmente importante para COPINH han sido empujones para privatizar los recursos hídricos – que toman el agua de las comunidades – y una ola de proyectos de represas hidroeléctricas. Lejos de ser empujones positivos para la energía sostenible, estos proyectos tienen como objetivo vender electricidad a los EE.UU., y para las concesiones mineras que ahora incluyen casi el 30% de la terrestre superficie del país. Mientras toman el poder en beneficio de otros países y las grandes empresas, desposeen a los indígenas de sus tierras y recursos hídricos, y no cumplen con las promesas de inversión local o puestos de trabajo.
Protestar contra proyectos hidroeléctricos ha traído éxitos recientes para COPINH. Berta Cáceres es co-fundador y coordinadora general de COPINH. En abril 2015 fue galardonada con el prestigioso premio Goldman ambiental de Sur y Centro América, como la cara y lideresa de la exitosa campaña de COPINH contra la represa Agua Zarca. El gobierno de Honduras aceptó el proyecto sin consultas locales en el sagrado río Gualcarque de la Lenca, con la inversión de la empresa hidroeléctrica Sinohydro del estado de China, y el Banco Mundial. Miembros de COPINH tomaron la calle al sitio de construcción, y su bloqueo sobrevivia ataques violentos durante más de un año. En uno de esos ataques, miembro de COPINH Tomás García fue asesinado por los militares hondureños. La resistencia intransigente de la comunidad, y los asesinatos y la tortura ser utilizado para tratar de romper la resistencia, finalmente llevó Sinohydro y el Banco Mundial a retirar su apoyo.
ENCA ha apoyado COPINH con pequeños proyectos agrícolas comunitarias en el pasado. Yo visité a COPINH en 2013, durante las protestas de Agua Zarca, y viajé al bloqueo de la comunidad del sitio. Allí conocí a Berta Cáceres, y también Tomás García, que menos de 2 meses más tarde fue asesinado a tiros en el sitio. Las luchas de COPINH por los derechos indígenas y la protección del medioambiente, contra el régimen más corrupto y represivo actualmente en Centroamérica, me quedó grabada. Con la oportunidad de volver este año, he llegado por causualidad, en medio de una nueva y esperanzadora ola de protestas populares. Evidencia ha vinculado el partido en el poder a una estafa multimillonaria que robó del sistema de salud del país, llevando a miles de muertes. Como una parte importante de la resistencia, COPINH está en el medio de esto. Informaré más pronto.